Finalmente terminamos comprando los zapatos clásicos que usaban todas las niñas a la hora de tomar su primera comunión. La parroquia Nuestra Señora de la Consolación es inmensa. Pero su belleza arquitectónica carecía, al menos en aquel entonces, de accesibilidad. El terreno de la parroquia tiene una cuadra de largo. El templo propiamente dicho tiene entrada por la Av. Scalabrini Ortiz. Mientras que el acceso a uno de los salones más grandes estaba sobre la calle Araoz. Llegó el gran día. Toda vestida y peinada de punta en blanco comencé a caminar hacia la puerta de casa donde papá ya tenía puesto en marcha el auto. Me senté en el auto y cuando quise levantar mi pie izquierdo obviamente se me salió el zapato. Mi papá me dijo tranquila, antes de bajar del auto te lo calzo. En ese sentido, yo estaba tranquila. Mis papás sabían dominar mi pie izquierdo para calzarme, de hecho, así lo hicieron antes de que bajara del auto. Las catequistas ya habían decorado el salón. Llegamos y ya estab
¡Bienvenidos! Por este medio compartiré mi experiencia entorno a la Encelopatía Crónica No Evolutiva (ECNE) conocida también como Parálisis Cerebral Infantíl (PCI). Con ella convivo desde mis dos meses de vida al contraer una meningitis que me produjo un paro cardio respiratorio de 45 minutos. Sin tiempo que perder, mi vida se transformó en un sinfin de desafíos para derribar mitos, barreas y prejuicios de los que hoy quiero hablar. ¿Quién dijo que no se puede? Tal vez se pueda de otra manera.